Asturias, donde el otoño también es conocido como la seronda, es un territorio proclive, por su cultura y su clima, a vivir intensamente esta época del año. El otoño asturiano es tiempo de recolección, de final de cosecha, de reminiscencias de matanza casera, del ‘aire de les castañes’, de fiestas rurales entre vecinos, amigos y familia, de hilanderas. Tiempo ancestral y actual a la vez. Es tiempo de mil colores, de sabores a tierra, de recuerdos de infancia, de fogones amables, de amigables hogares, de melancolías varias, de homenaje a los vivos y a los muertos… Tiempo activo e imborrable.
Les neñes y… les castañes tienen que ser asturianes: la “gueta” y el “amagüestu”

Legendario es el ‘aire o airín de les castañes’, pues es un hecho habitual en esta época coincidente con la “caída” del fruto del árbol. Muchas historias se cuentan de este fenómeno metereológico, y de su influjo sobre las personas y su estado de ánimo. Es como una especie de ventilador de melancolía o de espontáneo paisajista que mueve las hojas secas de los caminos y caleyas, que acaricia los rostros, y que nos avisa de que es momento de “ir a la gueta”, que no es ni más ni menos que la recolección de la castaña, que se presenta ante nuestros ojos y manos con esos “oricios” tan característicos.
Y después de la “gueta”, el “amagüestu” o “magüestu” o “amagosto”, que no es otra cosa que un asado festivo y comunitario, para consumir frescas las castañas, acompañadas de la sincrónica y de temporada sidra dulce o del duernu. Fiesta, música, canciones, cortejo, comedia y alegría. Es el punto luminoso de un otoño, en el que las sombras ponen su contrapunto de misterio…
Esfoyaza o esfoyón, el gran fiestón

Debido a la evolución de la vida rural, la esfoyaza es ya casi una rareza etnográfica, si bien en algunos lugares de Asturias se celebran en otoño fiestas donde se recrea esta antigua costumbre, que durante tanto tiempo iluminó y animó el otoño en las aldeas de Asturias
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¡A mayar la manzana!
En ese universo recolector otoñal, la manzana - materia prima de la sidra – tiene también su momento y su protagonismo. La seronda es tiempo de apañar la manzana, y una vez recolectada, está listo para comenzar el proceso de elaboración de la bebida que más se identifica con el mundo astur. Empieza la molienda o el prensado, y así pasito a pasito, se genera uno de los tesoros gastronómicos de esta tierra. ¡Mayar manzana es toda una experiencia!
Cocinando el otoño a fuego lento
Frixuelos
Pote de Berces


El filandón, ancestral tradición
Entre el abundantísimo patrimonio inmaterial de tradiciones que atesora Asturias está el filandón, reunión que se realizaba habitualmente de noche, después de cenar, aprovechando la ocasión para conversar, para la narración oral de cuentos o historias, al tiempo que se trabajaba en labores, y los participantes se sentaban en escaños o bancadas.
En la actualidad, ya no es fácil de ver, pero la gente asturiana es otro de los grandes patrimonios inmateriales de esta tierra, en la que tal vez nos podamos encontrar en algún rincón a una señora hilando, a alguien manejando un telar…, transportándonos a otro tiempo en el que la Humanidad cultivaba los momentos de solaz y amistad en torno a las labores cotidianas.
Hola Genaro, Nos encanta que te guste nuestro farol . (la primera foto). Si quieres mas información de como se farola o de los nuestros amagüestos la puedes encontrar en http://familia.eltrasgulafronda.com/actividades/
ResponderEliminarUn saludo